El
Cultivo Natural es mucho más que una simple revolución en las
técnicas agrícolas. Es la fundación práctica de un movimiento
espiritual, de una revolución para cambiar la forma de vivir de los
Seres Humanos. Es una filosofía para trabajar juntos con la
naturaleza y no en contra, de observar prolongadamente y atentamente
en lugar de trabajar mucho y descuidadamente, de considerar las
plantas y los animales en todas sus funciones en lugar de tratar a
los elementos como sistemas de un solo producto.
El
cultivo natural fue el más simple y también el más grandioso de
todos los trabajos permitidos al humano. No hubo nada más que él
tuviera que hacer y nada más que hubiera hecho.
Los
verdaderos gozos y deleites del humano eran un éxtasis natural, que
hoy en día se desvanecen en manos de la Ciencia. Un medio ambiente
no puede existir fuera de la Naturaleza
y, así, la Agricultura debería ser el fundamento para vivir. El
retorno de todas las gentes al campo, para cultivar la Tierra y
crear aldeas de personas verdaderas, es el camino a seguir para
la creación de sociedades ideales.
La
Ciencia (y el Capitalismo, a través de fertilizantes, pesticidas y
maquinaria agrícola) no pueden producir provechos sin
inconvenientes. Es totalmente dependiente, artificial y mentirosa;
enferma al planeta, le extrae cantidades inmensas de energía
desperdiciada en fabricar cosas inútiles, innecesarias, y
antinaturales.
El
cultivo con el aporte del trabajo de animales ayuda quizá a
satisfacer ciertos caprichos y deseos, pero incrementa mucho el
trabajo humano. Realmente lo pone al servicio del ganado, sin contar
los grandes insumos de alimentos que necesitan, siendo el
sobrepastoreo una de las mayores causas de empobrecimiento del suelo.
El
cultivo mecanizado es aún peor. En vez de reducir el trabajo del
granjero, la mecanización le hace esclavo de su equipamiento y del
medio a conseguirlo (dinero). El arado daña la tierra al separarla,
dependiendo así de fertilizantes químicos; es un circulo vicioso.
El
humano razona por comparación, y ve todo superficilamente, no se da
cuenta que él crea la disminuida productividad de la tierra, y al
expandir la mecanización, los granjeros, que huyen del campo en
busca de "nuevos" trabajos, lo que hacen es alimentar esta
industria de máquinas que lo extirpan de su naturaleza.
Enriqueciendo a muy pocos y empobreciendo al mundo. Contaminándolo.
El
humano nunca comprenderá por completo las conexiones orgánicas
entre todos los nutrientes que desarrollan una simple cosecha.
La
Agricultura científica cree que aplicando investigación
especializada a una parte del total, podrán hacerse mejoras
parciales que se traducirían en mejoras globales de ese total. Pero,
definitivamente, la Naturaleza
no puede ser captada separadamente. El humano ha estado tan absorto
en su persecución de partes que ha abandonado su búsqueda por la
verdad del total. O quizás, inevitablemente, sus intentos por
conocer las partes le han hecho perder de vista el conjunto. El
conocimiento humano, siendo como es limitado e imperfecto, no puede
esperar ganar la partida a la completa y súper perfecta sabiduría
de la Naturaleza.
Por consiguiente, todos los esfuerzos por aumentar la productividad
fundados en el conocimiento humano, pueden gozar sólo de éxitos
limitados.
El
ser humano derrocha inmensas cantidades de alimentos todos los días,
la Naturaleza es y regala abundancia.
ALIMENTACIÓN
La
Agricultura surgió de la necesidad humana de alimentarse. Los
métodos de cultivo han tenido que ir adaptándose constantemente a
los cambios habidos en la dieta humana. Pero si la dieta no es
básicamente sana y no está bien fundamentada, la Agricultura
tampoco será normal.
El
Humano primitivo se alimentaba con lo que podía encontrar a su
alrededor: vegetación, peces y crustáceos, aves y otros animales;
cada cosa servía para un propósito, nada era inútil. La mayoría
de los productos naturales servían de alimento y como medicinas. Sin
duda, había entonces comida más que suficiente para alimentar a
toda la población humana del Planeta.
La
Tierra producía con abundancia y había suficiente comida para
satisfacer a cada persona siempre que quisiera. Si no hubiera sido
así, el Humano no había surgido sobre la faz de La Tierra. Los más
pequeños insectos y aves pueden aprovisionar comida más que
suficiente para cubrir sus necesidades sin tener que cultivar ni
cuidar nada por sí mismos. ¡Qué extraño resulta, que sólo el
Humano se lamente por falta de comida y que fallezca por un
desequilibrio en la dieta! ¿Por qué, bajo circunstancias en las que
los organismos más "inferiores" viven perfectamente bien,
sólo el Humano ha de preocuparse por la dieta y se ve forzado a
desarrollar y "mejorar" la producción de alimentos?
El
origen de la enfermedad apareció cuando el humano se alejó de la
naturaleza.
Los
animales nacen con una habilidad instintiva para distinguir lo que
pueden comer o lo que no deben comer y son capaces, así, de
aprovechar totalmente los almacenes que, siempre llenos, pone la
Naturaleza
a su disposición. En el Humano, sin embargo, la etapa de infancia,
durante la cual el niño se alimenta instintivamente, es corta. Una
vez que se ha familiarizado con su entorno, hace juicios o prejuicios
y come selectivamente de acuerdo con impulsos y caprichos. El humano
es un animal que come más con su cabeza que con su boca.
Científicamente,
caracterizamos a los alimentos como dulces, agrios, amargos, salados,
picantes, sabrosos, insípidos, nutritivos o no nutritivos. Pero lo
dulce no es siempre dulce, ni algo sabroso es siempre sabroso. El
sentido del gusto en el Humano y su valoración cambia constantemente
con el tiempo y las circunstancias.
Cuando
estamos saciados, el alimento más delicioso es intragable y cuando
estemos hambrientos, la comida menos apetecible nos parecerá
deliciosa. Nada le sabe bien a una persona enferma y nada resulta
nutritivo para quien no tiene salud. Despreocupado de si el saber
está asociado a la comida propiamente dicha o al paladar de la
persona que la come, el Humano ha decidido producir los alimentos por
sus propias manos. Al establecer diferencias en los alimentos,
clasificándoles en dulces o agrios, amargos o picantes, sabrosos o
desagradables, ha ido en pos de sabores que gustan al paladar dejando
a su fantasía que tome lo mejor de ellos. Esto ha derivado en una
dieta desequilibrada y deficiente, al ir seleccionando los alimentos
que gustan al paladar, el Humano ha perdido también la inteligencia
nativa de alimentarse de aquello que realmente necesita.
El
alimento que los animales comen, por instinto, constituye una dieta
completa, pero el Humano, con su dependencia al conocimiento
discriminativo, ha perdido la visión de una alimentación completa.
El
Humano, al trabajar en la corrección de su dieta desequilibrada,
estudia y analiza la materia alimenticia y dice que esto es un
nutriente y aquello una caloría, esto parece acercarle a su meta
pero el único resultado de sus esfuerzos es la fragmentación
dietética, agravando así el problema.
Podemos
decir, con toda seguridad, que el Humano primitivo comía,
condicionado intuitivamente, una dieta completa. La Ciencia moderna
ha hecho el descubrimiento de una variedad más sofisticada, pero más
imperfecta: la gente de hoy está deslumbrada y encantada por las
comidas rápidas, en consecuencia, la comida ha perdido su entidad
como alimento verdadero y se ha convertido sólo en confección
industrial. Como el cultivo.
Alimentarse
de acuerdo con las estaciones del año: el alimento que granjeros y
pescadores han recogido localmente durante miles de años es un
ejemplo espléndido de dieta natural. (Es posible realizar una dieta
con forma de mandala donde estén enlistados los alimentos según los
meses y sus cosechas)
La
materia y el espíritu son una misma y única cosa. La materia tiene
muchos aspectos, tales como color, forma y calidad, cada uno de los
cuales afecta al espíritu de muchas maneras.
Entre
los principales aspectos de la materia están el color y el sabor. La
gente de hoy se ha desentendido de sus instintos y por qué ya no
intenta cosechar y comer lo que siembra, por qué sus ojos, oídos y
su boca ya no funcionan como deberían.
El
instinto no investiga al instinto, la sabiduría es innata. Aunque el
Humano primitivo cosechase su alimento sin discriminación, de forma
natural, sus instintos estarían intactos y, así, comería
adecuadamente, en consonancia con las leyes naturales; cada cosa
integrante de su comida sería deliciosa, nutritiva y terapéutica.
El
gusto (como sensación) y la nutrición (como acción), no deberían
ir separados. Lo que es nutritivo y bueno para el cuerpo humano
debería estimular el nuestro apetito en consonancia con nosotros
mismos y servir como alimento delicioso. El sabor y la nutrición
deben formar una sola unidad.
El
regreso al cultivo...
La
falta de coherencia en este mundo y el diluvio de campañas
desordenadas dan fe de una cosa: que cada cual ama no a la Naturaleza
sino a sí mismo. El pintor que traza un boceto de montañas y ríos
parece amar a la Naturaleza
pero su real amor es el pintarla. El granjero que labra la tierra,
simplemente ama el pensamiento de verse a si mismo trabajando en los
campos. El científico y el administrador agrícola creen amar a la
Naturaleza,
pero lo único que realmente ama el primero es el estudio de la
Naturaleza,
y el otro disfruta estudiando y dictando juicios sobre los granjeros
en el trabajo. El Humano ha vislumbrado a penas una minúscula
porción de la Naturaleza.
Las gentes sólo piensan que han comprendido su esencia verdadera;
sólo piensan que aman a la Naturaleza.
Para
amar a la Naturaleza
no se necesitan "métodos". La única ruta hacia la
Naturaleza
es la no-acción. El único método es el no-método absoluto. Todo
lo que uno debe hacer es no-hacer-nada. Los medios se aclaran por sí
solos y la meta se alcanzará de una manera absurdamente fácil.
Dudando
del grado de resolución de aquellos que profesan la sabiduría para
retornar a la Naturaleza,
¿están verdaderamente atraídos por los cultivos?, ¿Aman, de
verdad, a la Naturaleza?.
Si sentís un amor genuino por la Naturaleza
y querés retornar a la vida de granja, el camino se abrirá con gran
facilidad. Pero si tu amor por la Naturaleza
es superficial y lo que pretendes es, simplemente, utilizar el
trabajo de granja sólo para tus propósitos, el camino se cerrará
ante tus pies; el retorno a la Naturaleza
será difícil por no decir imposible.
El
primer obstáculo que bloquea el regreso hacia el campo es la gente;
la gente está dentro de vos mismo.
El
segundo obstáculo que bloquea el retorno de la gente al campo es la
disponibilidad de terrenos para cultivar.
Confiando
totalmente en el Cultivo Natural, todo lo que haría falta para
mantener una granja trabajada por una familia de varios miembros, es
disponer de un "cuarto de acre" (1.000 metros cuadrados,
osea un terreno de 20m x 50m, un cuarto de “manzana” de ciudad).
En este espacio de terreno se puede construir una casita (que
utilizando los materiales del lugar, como adobe, paja y madera por
ejemplo, no es necesario el dinero como iniciador), cultivar cereales
y hortalizas, alimentar a varias gallinas y una colmena de abejas.
Si
cada persona fuera capaz de contentarse con la vida que puede llevar
un granjero, entonces no sería difícil alcanzar esa meta. Las
personas, apretadas por las manias de las leyes del Estado, y por los
precios estratosféricos del terreno, ven, como una nebulosa
esperanza, la posibilidad de tener un campo, pero, enrealidad, hay
terreno de sobra.
Nadie
conoce más acerca de los terrenos, que el que los cultiva y los
trabaja. Si se hubieran dejado las cosas en sus manos, no había
necesidad de esas leyes, que sólo desintegran y funcionan a un
mínimo grupo de personas que viven completamente aislados de la
Naturaleza.
Cuando la gente puede vivir sin necesidad de una ley, lo mejor es que
esa ley no exista, provocando una relación horizontal entre todxs.
Un
camino de salvación para el error original del humano primitivo que
comió la fruta del árbol del conocimiento es crear un Jardín de
Edén de naturaleza
sin hacer nada, en otras palabras: una huerta natural
autosustentable.
Resúmen y adapataciones del libro:
"La
Senda natural del Cultivo”
Escritos
por Masanobu Fukuoka
VIDA
La
vida sobre La Tierra es una historia de nacimiento y muerte de los
organismos individuales, una historia cíclica de la ascensión y la
caída, de florecimiento y decadencia de comunidades. Toda la materia
se comporta de acuerdo con sentar Principios, del Universo cósmico,
al mundo de los microorganismos, o del más lejano orbe de moléculas
y átomos que forman la materia viviente y no viviente. Todas las
cosas están en constante flujo, al tiempo que conservan un orden
fijado; todas las cosas se mueven en un ciclo recurrente unificado
por alguna fuerza básica que emana de una fuente única.
Si
hubiéramos de dar nombre a esa Ley Fundamental, la llamaríamos "Ley
Dhármica que retoma todas las cosas a una". Todas las cosas se
funden en un ciclo que revierte a un punto y el punto a la nada.
Mientras
el Cultivo Natural se apoye en esta única "ley" tendrá
garantizada la verdad y poseerá vida eterna. Porque, aunque las
Leyes del Cultivo Científico puedan ser útiles para examinar el
estado en que están las plantas, no pueden usarse para desarrollar
mejores técnicas de cultivo.
La
superficie del terreno está habitada por todas las clases y formas
de organismos. Divididos en animales, plantas y microorganismos,
difieren unos de otros pero están unidos en una comunidad singular
de interrelaciones orgánicas. El humano caracteriza estas
interrelaciones o bien como lucha competitiva por la dominancia y la
supervivencia, o bien como cooperación y beneficio mutuo. Sin
embargo, desde una perspectiva absoluta, no hay competición ni
cooperación sino unidad e igualdad.
Todas
las "cosas" vivientes pertenecen a una cadena alimenticia
interminable. Todos viven porque se alimentan de algo y mueren a
manos de algo, también. Ese es el orden conveniente de la
Naturaleza.
La materia y energía, en la superficie del terreno, también están
sometidas a un flujo constante, pasando por ciclos continuos sin
nacimiento ni muerte. Así, básicamente, se relaciona el Universo.
La
Naturaleza
es un todo orgánico viviente que no puede ser dividido y
subdividido, cuando el estudio se hace fragmentario y especializado,
la unidad de la Naturaleza
se pierde irremisiblemente. El humano nunca entenderá o conocerá el
Universo, sólo crea ficciones relacionadas (intelecto) para
alimentar su ego. La Naturaleza
y el origen de la creación son incomprensibles, esa es su verdadera
belleza.
Lo
grande finalmente se vuelve pequeño, y lo pequeño termina
volviéndose grande. Cuando contemplamos un enorme macrocosmos, éste
se vuelve un microcosmos, y dentro de lo que vemos como un
microcosmos, un macrocosmos se despliega. La gente no ha visto ni lo
grande ni lo pequeño. El mundo del conocimiento humano distingue
grande y pequeño, muchos y pocos, Ying y Yang, pero visto con los
ojos de la Naturaleza,
estas diferencias no existen. Siempre hay cambio y no cambio. Todo se
mueve y está quieto, e invariablemente retornan a lo original.
ORIGEN
¿qué
es Dios?
creador
del universo infinito
pero
eso no explica qué es dios
incluso
si decimos "el creador", no sabemos quién es:
EXISTE,
no hay palabras para expresar a Dios,
el
nombre de dios se perdió
todos
estamos siempre viendo a dios,
es
evidente en todas partes
la
Naturaleza
es
Dios.
Las
palabras parecen ser un atajo concreto para acercarse a Dios, pero en
realidad sólo sirven para esconder a Dios en las nubes, fuera del
alcance. Decir que Dios es pasto y árboles implica que las plantas y
dios son dos. Significa que algo llamado Dios se ha infiltrado en las
plantas que se denominan pasto y árboles, las cuales no serían nada
más que el alojamiento temporario de dios. Naturalmente la gente se
preguntará qué es lo que se aloja profundamente dentro del pasto y
los árboles. Algunos lo llamarán alma o mente, otros lo verán como
vida. Algunos pueden especular que dios es un espíritu que vive en
los pastos y árboles. No hay manera de determinar realmente qué es.
No es nada más que una abstracción creada por la imaginación de la
gente.
El
esfuerzo de explicar a Dios es lo mismo que darle la espalda. Dios
siempre y en cada lugar se revela claramente en una forma y
apariencia, a las cuales el humano ya le ha dado un nombre en
particular.
Los
seres humanos, quienes son hijos de la madre naturaleza,
no pueden ver la forma de su madre. Si los seres humanos no se
conocen a sí mismos, tampoco pueden conocer al otro. Sino la conoce,
no sabe de quien es hijo. Debido a que la gente no sabe quién los
creó ("el creador"), no sabe de quien son hijos, por ello,
no pueden saber por qué existen en este mundo o cuál es el sentido
de su existencia.
La
Naturaleza
lo sabe todo y no dice una palabra.
El
humano no puede saber nada y habla de todo.
Todos
los dioses ya conocidos son este Dios, la Naturaleza,
esto no implica una nueva religión y un nuevo Dios que reemplaza al
Dios del pasado. Originalmente la Tierra debe haber sido un "Jardín
del Eden": habría vegetación por todas partes, alimentos en
abundancia, armonía y espacios para todos.
Un
camino hacia la felicidad es crear este jardín, que en otras
palabras sería:
vivir
una vida que predomine la naturaleza,
trabajando
con ella en cultivos naturales y autosuficientes,
interviniendo
sin interferir,
siendo
todos uno.
UNIDAD
No
hay ni bueno ni malo entre las formas de vida de la TIERRA. Cada uno
tiene su papel; es necesario y tiene el mismo valor.
En
la naturaleza
no existe la visión discriminatoria. Los seres vivientes de la
Tierra están simplemente viviendo en un determinado lugar en un
momento establecido.
No
hay conceptos de espacio y tiempo como los que la gente tiene, de
manera que no hay diferenciación o discriminación. No hay objeto
con el cuál luchar. Con desapego y sin deseo, otros seres vivientes
no acaparan ni roban nada, no hay lucha o guerra entre facciones. La
comida es abundante.
En
la naturaleza
no hay distinciones entre rico y pobre, sabio o tonto, y no hay temor
al poder. En esta organización no hay sentido de superioridad o de
inferioridad, no hay necesidad de palabras floridas como prosperidad,
cooperación mutua, paz o libertad.
Decir
que la supervivencia del más apto es parte de la naturaleza,
es sólo la severa lógica egoísta de los seres humanos, que
discriminan entre sí y otros y que quieren poseer la naturaleza.
La visión de superioridad e inferioridad que decide que los
organismos de una célula son inferiores y las formas de vida más
complejas son superiores, es una tontería. La cucaracha puede tener
mayores posibilidades de sobrevivir que un gorila.
todos
los seres vivientes son una forma de vida continua
todas
las cosas son un cuerpo unificado
Cuando
uno se divide en dos y estos dos se colocan en oposición uno
con otro, por necesidad una fuerza trabaja para que los dos retornen
al uno original. Esta fuerza restauradora es el origen de la
contradicción.
Cuando
se distinguió al hombre de la mujer, la fuerza restauradora que
trata de volver a unirlos al uno original se llama amor, pero en
mutua discordia el amor necesariamente acompaña al odio. son dos
caras de la misma moneda y nacen al mismo tiempo. Cuando se busca la
libertad, la igualdad se destruye, y crear gente rica significa crear
gente pobre. Cuanto más uno se esfuerce en resolver las
contradicciones, más se expanden e intensifican.
Todas
las cosas de este mundo surgieron de las mismas partículas
elementales comunes, todos los seres vivientes poseen genes comunes,
y están ligados en su base, por lo tanto comparten el mismo destino.
FELICIDAD
En
todas las edades, la verdadera y más grande alegría se describe
como momentos de paz, amor y libertad.
El
hombre y la mujer deben volver a la naturaleza;
cuando se distancian de ella y caminan solos, su fuente de vida y de
alegría se seca y lo único que construye es la autodestrucción.
Pero la felicidad no es algo que se pueda buscar y encontrar fuera de
si mismo; no hay otra forma de que no sea vivir sinceramente,
entrando en la voluntad de lo que creó Todo, y esforzándose por
comprender la verdad absoluta. Esto significa participación en el
trabajo de Dios, que es la naturaleza.
Desde
que el humano comió la fruta del árbol del conocimiento quedó
insatisfecho con la voluntad de Dios (naturaleza),
comenzó a buscar la felicidad perfecta, y dejó el paraíso terrenal
para errar en estado de confusión por el mundo, hasta lo que es hoy
en día.
La
alegría y la felicidad de este mundo, así como la verdad, la
bondad, y la belleza, no se encuentran donde la gente las busca:
artificios perfeccionados que imitan la naturaleza.
La salud física, la libertad de espíritu y la gratificación
material que el humano ha deseado, estuvieron siempre en la palma de
la mano.
Sin
haberse dado cuenta de eso, se ha enorgullecido del conocimiento
humano y separado de la naturaleza
(ser hijo de Dios).
Como
resultado perdió la visión de todas las cosas al perseguir
ilusiones locamente.
De
asuntos falsos sólo podemos obtener falsa alegría.
El
conocimiento humano se desarrolló porque las personas se separaron
de Dios y se perdió la sabiduría la naturaleza
(como la medicina por ejemplo),
y tuvo que vivir conforme a su propia inteligencia. La tragedia del
humano y de la Tierra comenzó cuando el conocimiento discriminatorio
separó a Dios y al humano, conviertiendosé en oponente de la
naturaleza.
Un
acto estúpido como lastimar a nuestra madre mientras estamos aún en
el vientre sería totalmente suicida.
El
humano con su conocimiento no crea algo de la nada. Lo máximo que
puede hacer es cambiar las formas y destruirlas. La muerte del suelo
y del agua y los desiertos también, si miramos atentamente, no son
desastres naturales sino desastres hechos por el humano basados en
juicios científicos.
SALUD
Mirando
más detenidamente esta civilización moderna nuestra, si la
encontramos insana deberemos deducir que el intelecto humano que la
engendró también es insano. Fue la perversidad de la subjetividad
humana la que dio lugar a nuestra caótica Edad moderna.
El
humano es incapaz de ver la verdad porque sus ojos están vedados por
la subjetividad, ahí radica la fuente de todos sus errores.
Un
niño ve las cosas intuitivamente. Cuando la Naturaleza
es observada sin discriminación intelectual, es entera y completa,
es una unidad. En esta visión no discriminativa de la Creación, no
existe motivo para la más ligera duda o insatisfacción. Un bebé
está satisfecho y goza de paz mental sin tener que hacer nada al
respecto.
El
adulto separa mentalmente las cosas y las clasifica; ve cada elemento
imperfecto y cargado de inconsistencia. Armado con sus dudas acerca
de la "imperfecta" Naturaleza
y escudado de su descontento, quiere poner orden para mejorar la
Naturaleza
y bautiza vanamente a los cambios que él ha puesto por obra, como
"progreso" y "desarrollo". Pero este "progreso",
que transita el niño hasta convertirse en adulto, no es nada más
que una marcha hacia el aniquilamiento, lo cual se intuye fácilmente
por la decadencia espiritual y la infelicidad de las personas que
viven en las ciudades.
Un
chico que se revuelca en el barro crece sano. Ese muchacho aunque sea
analfabeto, crece fuerte. Un chico criado en la ciudad, carece de
coraje para saltar sobre el barro, crece con miedos, la sentencia de
que "hay gérmenes en el suelo" demuestra más ignorancia
que la ignorancia misma. La madre (leáse Ciencia) que hace gala de
sus conocimiento (parcial) implanta en el niño (leáse Humano
moderno) una imagen falsa de la Naturaleza.
En el budismo, al conocimiento que produce una división entre si
mismo y el objeto y coloca a ambos en oposición, se le denomina
"conocimiento discriminativo" mientras que al conocimiento
que liga al objeto consigo mismo como un todo unificado, se le llama
"conocimiento no-discriminativo" y constituye la forma más
elevada de la Sabiduría.
el
total es mayor que la suma de las partes
un
camino hacia la revolución es la agricultura natural…
Resúmen y adapataciones del libro:
“La
revolución de un rastrojo, una recapitulación: La Revolución de
Dios, de la naturaleza y del hombre”
La
vida humana es parte de la vida eterna.
Si
no poseemos nada, el tiempo es ilimitado.
La
naturaleza
dios
y
el humano
son
el mismo
No
hay otro modo de volver al seno de la naturaleza
que no sea volver a uno mismo, y el modo de hacer esto es no
hacer nada (hacer despojado de causa, hacer sin pensar, como la
música que fluye).
Reverdecer
el desierto significa sembrar semillas en los corazones de la gente y
crear un paraíso verde de paz en la Tierra
En
la naturaleza nada es cuadrado
no
hay causa y efecto
nacimiento,
ni muerte
sólo
hay transformación interminable
Cuando
vaciamos nuestras mentes y nos encontramos con la Naturaleza;
cada árbol y cada hoja de pasto se transforman en Dios. Aunque los
árboles y el pasto no digan nada, las voces de los pájaros, los
ojos de las ranas y las libélulas enseñarán al humano la verdad
única, la mayor bondad, la belleza más sublime.
Bolitas
de
Vida .
Nendo
Dango
“La
Naturaleza siembra semillas, no planta árboles”
Sembrar
semillas es dejar que la Naturaleza decida y elija los seres que
vivirán. Hacer bolitas de arcillas con semillas dentro, es servir a
la Naturaleza, sin labrar la tierra ni regar, porque la Naturaleza
después decide qué hacer. Intervenimos sin interferir.
Ingredientes:
- ARCILLA: Puede ser arcilla pura (roja, amarrilla, gris, blanca) o Tierra con propiedades arcillosas. No se tiene que desarmar al secarse ni al volver a mojarse, tiene que ser elástica para poder amasarla.
- SEMILLAS: Mezcla de distintas semillas. Por ejemplo:
de
árboles forestales, frutales, cereales,
legumbres,
verduras, trébol
para un huerto o
alfalfa
para lugares áridos (fijan nitrógeno).
- FIBRAS (opcional): Tienen la capacidad de absorber humedad. Por ejemplo fibra de coco, lana de oveja, cáñamo, pelos, algodón. Una buena medida es de 2cm de largo.
- AGUA
¿Por
qué bolitas?
Las
bolitas contienen las semillas en su interior, cuando la bolita se
seca, espera el agua, el lugar y
el
clima favorable, para poder germinar espera
que
se presente la lluvia, si hay humedad suficiente larga el brote y
luego sus raíces. Las semillas quedan protegidas dentro de las
bolitas, siendo invisibles para los pájaros y otros animales
comedores de semillas.
Receta:
proporción
1
vaso de semillas
40
vasos de arcilla
Se
mezclan los ingredientes, los diferentes tipos de semillas con la
arcilla. Se agrega agua y se amasa como haciendo pan (si es necesario
se puede agregar mas arcilla). Se golpea la masa para que salga el
aire, se le transmite buena energía. Una vez lograda una masa
uniforme, se arman las bolitas sacando pedacitos pequeños con la
yema de los dedos. El tamaño de la bolita varía según el tamaño
de la semilla (suelen ser de 1cm a 3cm). Las bolitas tienen que estar
lisas, sin grietas y si se llegan a ver las semillas las tapamos con
arcilla. También se puede hacer como un chorizo que después se
corta en rebanadas.
Una
vez hechas las bolitas, se ponen al Sol a secar. Cuando están listas
(se aclara el color), sólo hay que arrojarlas, soltarlas, tirarlas,
lanzarlas al lugar donde reverdecer
(huerto, campo, desierto, corazón)
Luego
de sembrar hay que cortar el pastizal y ponerlo sobre el suelo que
sembramos (cobertura para las bolitas, mulching).
Las
bolitas se siembran convenientemente antes de la estación de
lluvias. Ellas aumentan la humedad y bajan temperatura del suelo,
facilitando la germinación.
- Datos útiles:
Si
queremos que no crezcan gramíneas o plantas anuales poner semillas
de: rúcula, arveja, centeno.
Tener
la Luna presente: menguante
la energía va hacia las raíces, creciente
hacia el tallo y la flor.
Es
bueno sembrar cereales de invierno, como la Avena y el Centeno,
inhiben los yuyos al ser alelopáticas
y producen cobertura para sembrar otras en la siguiente época.
Las
leguminosas como el trébol y la alfalfa fijan nitrógeno en el
suelo.
Agradecemos
infinitamente a Masanobu
Fukuoka,
quien al observar la Naturaleza creó este método de cultivo
natural. Cosechaba
8.000 kilos de arroz por hectárea, sin agroquímicos, sin
maquinaria, ni mayores esfuerzos, uno de los mayores rendimientos de
Japón.
Muchas
pequeñas personas, en muchos pequeños lugares, haciendo muchas
pequeñas cosas, podemos cambiar la faz de la Tierra